Capítulo 12: Cuidado con los beneficios por acción

 


En el capítulo 12, Benjamin Graham nos alerta sobre los Beneficios Por Acción (BPA) o EPS (Earnings Per Share) de las empresas, tal como se publican en diversos medios financieros y de comunicación.

Para empezar es crucial diferenciar entre el BPA, el BPA diluido y el BPA diluido tras partidas extraordinarias.

El término 'diluido' se refiere a ajustes por ampliaciones de capital y conversión de bonos convertibles en acciones, lo que implica un aumento en el número de acciones en circulación. Respecto a los 'extraordinarios', Graham advierte que a veces se incluyen como costos extraordinarios aquellos que no deberían considerarse como tales, y en otras ocasiones, costos que no deberían ser clasificados como extraordinarios son presentados de esa manera. Esto nos lleva a ser cautelosos y desconfiar de estos datos.

También es esencial tener en cuenta que en algunas ocasiones, los beneficios pueden inflarse debido a ventajas fiscales derivadas de pérdidas en años anteriores que compensan impuestos en el año actual, pero esto debería ser considerado como un elemento extraordinario. Por ejemplo los beneficios después de impuestos de la banca española tras las enormes pérdidas de la crisis de 2008-2013 se vieron beneficiados por este concepto, pues durante años los bancos casi no pagaron impuestos al compensar las ganancias de los años de recuperación, 2014-2016 con las pérdidas anteriores y pagar así menos impuestos.

Graham también sugiere que para calcular los BPA, conviene utilizar la media de los tres años anteriores, y para evaluar el crecimiento del BPA, compararlo con la misma media de una década anterior. Así evitamos los cambios bruscos de años especialmente malos o especialmente buenos y tenemos una visión de más largo plazo.

En resumen, es crucial estar alerta ante la contabilidad creativa y no depositar una confianza ciega en los datos proporcionados por medios especializados o en los informes de las propias compañías.

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